A imagen y semejanza de las Escuelas de Veterinaria de Francia, el Real Colegio-Escuela de Veterinaria de la Corte premiaba a los alumnos más aventajados, y con mejor expediente, con unos regalos. Al principio fueron los instrumentos del arte, contenidos en una bolsa color carmesí. Más adelante fueron lotes de libros que los estudiantes sabían apreciar en todo su valor. Ahí va la muestra de lo que digo.
El texto figura en la contraportada del libro “Tratado de patología y de terapéutica generales veterinarias”, de Rainard. Obra traducida por Leoncio F. Gallego y Juan Téllez Vicént, en 1856.
Fondo documental del Dr. Caparrós. Y cortesía del mismo.