Publicado en la Rev. Vet. de España, vol III, 11, pág. 353
J. Barceló
Al terminar el tercer volumen de nuestra Revista cerramos la galería de Veterinarios eminentes con el profesor de anatomía de la Escuela de Zaragoza.
Retirado de la vida activa, por el peso de los años, ha sido D. José Robert, maestro de dos generaciones de veterinarios. Su carácter bondadoso le granjeó el cariño de sus numerosos alumnos, y cuantos hemos aprendido los primeros pasos en la senda de la Veterinaria, guiados por el exjmio maestro, lo recordamos con grata satisfacción. Robert, en la cátedra ha sido consecuente y laborioso, y en sus buenos tiempos, no holgaban sus alumnos un solo día por falta del profesor, que, esclavo de su deber, llegaba á fin de curso habiendo hecho labor positiva y personalísima, cuya magnitud tal vez no comprendíamos para poderla apreciar merecidamente.
Al ser jubilado desempeñaba el cargo de director de la Escuela de Zaragoza; Escuela en donde Robert tenía guardados todos sus amores profesionales y que, al dejarla como último eslabón de la cadena de su historia habrá sido á costa de su propia alma que antes que de la Escuela habráse desprendido de su cuerpo. Jubilado ó no Robert pertenece á la Escuela de Zaragoza y por muchos años flotará en su ambiente el recuerdo del sabio maestro que supo engrandecerla como Director v como catedrático.
Robert pertenece á la pléyade de aquellos hombres que ejercieron la enseñanza como un verdadero sacerdocio consagrando á ella todas sus energías. Al dedicarle.esté pequeño recuerdo oon motivo de su reciente jubilación, hónrase desde estas páginas, la Revista, y cree interpretar fielmente los sentimientos de cuantos tuvieron la satisfacción de conocerlo y tratarlo, tanto en la cátedra como en la intimidad.