Homenaje al mulo de montaña
Hace ahora 35 años que el mulo desapareció de las unidades hipomóviles. Fue en las unidades de Artillería de montaña donde este híbrido prestó notables servicios transportando a lomo las diferentes cargas en las que se descomponía el Obús 105/14 OTO MELARA.
Los oficiales veterinarios (y los auxiliares de veterinaria) debían conocer la forma de atalajar y de embastar correctamente al mulo (o mula) para evitar o minimizar las lesiones que producían los arneses que, colocados convenientemente servían para arrastrar las piezas y carros de los grupos de artillería.
Términos como ‘sillopín’; ‘collerón’; ‘calzón’; ‘royo’; ‘horcates’; ‘cejaderos’; ‘retranca’: ‘gruperín’; ‘francaletes’, y muchos términos más, eran conocidos por los veterinarios militares con anterioridad a 1851, hasta 1986 en que los atalajes se entregaron en los Parques de Artillería. Este material de cuero, cuerda y metálico producían lesiones en el animal en diferentes partes anatómicas, lo que en algunos casos los inutilizaba para el servicio durante días.
Ahí va una lámina didáctica extraída del libro de láminas “Material de Artillería Reglamentario” de 1887, escrito por el comandante de Artillería Juan Govantes y Nieto.
A este respecto el profesor veterinario de 1ª Clase (Capitán) Fernando Sampedro y Guzmán escribió un libro sobre “Higiene Veterinaria Militar”.
Cortesía del Dr. Caparrós
Madrid 6 de enero, fiesta de la Pascua Militar.