Fruto del expolio napoleónico, y por ello alojada en el Museo del Louvre, atribuida a Pere Oller (1412-17), en alabastro policromado y perteneciente a la tumba de Fernando I, en Poblet, presenta una ceremonia funeraria medieval, en ocasión de la muerte del rey, denominada “Correr las armas”, donde se aprecia el recubrimiento (o pintado) de los caballos, blasones y armaduras de negro, para expresar el luto. Los escudos y defensas caídos o boca abajo, y las armas arrastradas o pisadas por los caballos, para indicar que no hay motivo guerrero alguno, sino duelo.