No cabe duda que la visión paleopatológica está aportando muchos datos acerca de la consideración de las enfermedades transmisibles de los animales a través del tiempo, lo que no hace más que reforzar el paradigma de “Una salud”.
Precisamente os traemos hoy a la palestra un interesante ARTÍCULO publicado en Frontiers of Microbiology, revista en abierto, que abunda en estos temas, a la par que refuerza nuestra base de datos sobre paleopatología.
Esperemos que sea de vuestro interés.
Muy interesante. Muchas gracias, D. Miguel.
En los últimos años se está introduciendpo este último término (zoonótico) intentando desplazar al tradicional y correctísimo ‘zoonósico’.
Desde el lado salomónico ambos términos pueden convivir dándolos por correctos.
El étimo de ‘zoonósico’ es ‘zoonosis’, y el de ‘zoonótico’ es ‘zoonotic’; término inglés que utilizado en la literatura científica se tradujo por ‘zoonótico’; verdaderamente se trata de un préstamo de la literatura científica inglesa trasladado al español. Ambos términos convivirán en nuestros escritos, pero mucho me temo que el segundo se afianzará desplazando al muy correcto ‘zoonósico’. No tengamos vergüenza, ni resquemor alguno, en utilizar ‘zoonósico’ por ‘zoonótico’. El primero es el recomendable en nuestra lengua y así debe recogerse en alguno de nuestros periódicos digitales que en su labor amorosa de informar, formar y entretener lograrán corregir estas desviaciones. Pero bien es cierto que en los adjetivos la terminación [-ico] indica relación con la base derivativa, tomando, a veces, (y como recurso fonético) la forma [-tico] como ‘humorístico’ (objeto de nuestro articulito), o sifilítico y por supuesto ‘zoonótico’. Como verán la elección se encuentra al gusto del autor.
Considero que ambas palabras son correctas y que convivirán a la par siendo el paso del tiempo, juez inexorable de la lengua viva, la que pondrá a cada una en su sitio.
En mis artículos utilizo siempre ‘zoonósico’ en oposición a ‘zoonótico’ que algunas veces utilizo por descuido, con el único fin de HACER PENSAR Y DUDAR al lector inquieto.
Saludos cordiales.
Dr. Caparrós