Como dimos cuenta en días pasados (NOTICIA), nuestro compañero José Luis Juaristi ha publicado un libro que recoge sus memorias e impresiones sobre su trabajo, y devoción, a lo largo de su carrera profesional de veterinario, que recibimos gratuitamente (muchas gracias por ello), y que hemos leído pausadamente.
El libro, muy bien presentado, es un volumen de más de 300 páginas, con una tipografía espléndida de letra grande y fácil lectura. Ha sido editado en Tudela en 2021 por el autor, algo que cada vez es más frecuente para desgracia de muchos autores, quienes no solo han de escribir los libros sino también financiarlos.
Se trata de una obra de gran interés para los historiadores de la veterinaria, dado que el autor pertenece a la generación de veterinarios de los años 70, como es mi caso, donde la enseñanza oficial dejaba mucho que desear y quien deseaba profundizar debía buscarse el alimento científico por otros lares. Ciertamente el autor retrata a muchos personajes con honestidad y objetividad, algo que muchos recordaremos de aquellos tiempos de la Universidad Española, cuando Franco todavía gobernaba.
Leyendo sus páginas y los sucesivos episodios del libro se puede reconocer la faceta vocacional de la profesión, en cuanto a la práctica de la veterinaria rural y sus características referidas al cuidado de los grandes rumiantes, algo que el tiempo está dejando ya en el olvido, por razones económicas, demográficas y de atracción profesional. Motivo por el cual sus páginas dejan constancia de un modo de hacer las cosas que se está perdiendo, si no es que ya se ha perdido.
En definitiva, una lectura muy recomendable para sexagenarios, por lo evocadora que resulta; para los más jóvenes, para que conozcan una faceta profesional y su importancia; y para los historiadores, un testimonio solvente y acreditado que en el futuro se agradecerá. Para los que también somos bibliófilos, un buen compañero para el resto de nuestros queridos libros.
Nuestra enhorabuena al autor y nuestro agradecimiento por su trabajo.
Y también muy recomendable para los septuagenarios.
Las carencias formativas en esos años eran grandes.
Salvo excepciones, el profesorado compatibilizaba varios cargos, así que “el que mucho abarca poco aprieta”.
También tuvimos que completar nuestra formación buscando otros canales mas navegables. Mi pertenencia a un Colegio Mayor contribuyó enormemente a completar esas carencias.
Saludos.
Dr. Caparrós