Tomamos la noticia de una particular efeméride de GOZARTE. Que a alguno de nuestros eminentes Amigos se le ha escapado, podríamos añadir……
“TAL DÍA COMO HOY… En 1923 murió Fidel Pagés, el médico oscense que descubrió la anestesia epidural.
Pagés se licenció en Medicina en la Universidad de Zaragoza en 1908, siendo su primer destino fue el Hospital Militar de Carabanchel. Pronto fue enviado a Melilla para dar asistencia en la guerra que por entonces enfrentaba a España y Marruecos. Llegó a tiempo de hacerse cargo de las numerosísimas bajas ocasionadas por los rifeños en el “desastre del Barranco del Lobo“. Aquella primera experiencia como médico de guerra sería decisiva y le impulsaría a buscar métodos eficaces y seguros con los que proporcionar anestesia a los soldados heridos que había que intervenir quirúrgicamente.
A su regreso a la Península inició un largo periplo por numerosos destinos en su condición de médico militar. Se casó, se doctoró, publicó numerosos artículos académicos, tradujo las novedades médicas que llegaban de Francia y Alemania y fue cofundador de la Revista Española de Cirugía. En Madrid llegó a granjearse una notable fama como cirujano y fue médico personal de la reina María Cristina.
Pagés seguía interesándose por el tema de la anestesia y del alivio del dolor. Por entonces, los métodos anestésicos eran muy rudimentarios; se había progresado relativamente poco desde que en el XIX se empezaran a utilizar el cloroformo y el éter, aunque se avanzaba en la novedosa técnica de la anestesia raquídea, que inyectaba el medicamento dentro de la médula. Lo que Pagés hizo fue detener la aguja en la punción antes de atravesar la duramadre, en el conducto raquídeo, por lo que la anestesia bloqueaba las terminaciones nerviosas de la zona concreta donde se hacía la punción. Esto permitía, según sus palabras, “privar de sensibilidad un segmento del cuerpo, dejando con ella a las porciones que están por encima y por debajo del segmento medular“.
Pagés había empezado a probar esta técnica en 1920, y los buenos resultados obtenidos le animaron a perfeccionarla. Ofrecía nuevas posibilidades de abordar quirúrgicamente la zona del abdomen y las piernas con mucho menos riesgo para el paciente, y con menores efectos secundarios que utilizando anestesia general. En junio de 1921 publicó un artículo con extensa y detallada información..
Pronto tuvo la oportunidad de ponerla en práctica, con ocasión del Desastre de Annual. Asistió a centenares y centenares de heridos, permaneciendo en el quirófano durante días seguidos, casi sin descanso. No es de extrañar que hoy el Hospital de Melilla lleve su nombre.
Pagés salvó muchas vidas por el simple procedimiento de querer operar. En esa época predominaba la actitud abstencionista ante las heridas de vientre, e incluso algún famoso médico afirmó que él no operaba moribundos. Pagés, por el contrario, era partidario de intervenir; y en el frente del Rif demostró que con ello no solo había numerosos supervivientes, sino que eran más los casos de éxito en las intervenciones llevadas a cabo en los hospitales avanzados de campaña que en los de la retaguardia.
Pronto volvió a la Península, pero en 1923 murió en un fatídico accidente de automóvil. Tenía 37 años. Su prematuro fallecimiento fue uno de los factores que dificultó la difusión de su descubrimiento. Eso sí, algunos alumnos suyos siguieron trabajando en esta técnica, y su artículo llegó a Argentina.
En 1932 un médico italiano, Achiles Dogliotti, presentó en un Congreso Internacional de Cirugía celebrado en Madrid un trabajo muy similar al de Pagés, atribuyéndose la paternidad del descubrimiento. Nadie en aquel congreso le refutó ni pidió la paternidad para el médico oscense que llevaba años fallecido; ni tampoco nadie pareció conocer nada sobre Pagés en Barcelona y Sevilla, donde Dogliotti hizo, como en Madrid, varias demostraciones prácticas. Tuvo que ser un argentino quien reivindicara la precedencia de los trabajos de Pagés, pues llevaba utilizando esta técnica varios años gracias a ellos. En 1935, en un congreso celebrado en Italia, reivindicó su figura ante el propio Dogliotti, que reconoció caballerosamente a Pagés.
En Aragón todavía no le hemos hecho un homenaje y apenas es conocida su figura”.