Podríamos estar de acuerdo en que aquellos que pensábamos que las cosas estaban mejor antes, en referencia a la As. Esp. de Historia de la Veterinaria y sus derroteros, somos una pandilla de nostálgicos. Nostálgicos que, por cierto, no han dejado de trabajar desde 1995 en pro de la Historia de nuestra profesión. Y para incrédulos, véanse las aportaciones de cada uno en estas mismas páginas.
También podríamos estar de acuerdo en que los que se consideran ganadores (no sé bien de qué), puedan creer que el que pierde que se fastidie. Es posible.
En fin, por abreviar, ese polimorfo condicional “podríamos” permite muchas disculpas para no entrar en abierta oposición. Tenemos otras cosas que hacer.
Pero el caso es que, como historiadores, nosotros, los Amigos de la Historia de la Veterinaria, debemos sacar a la luz mucho del trabajo realizado por aquellos de nosotros (también) que, desinteresadamente y sin esperar nada a cambio, hemos trabajado en pro de nuestra historia. Y por ello vamos a incorporar a nuestra biblioteca, y donde corresponde, en el apartado de las obras de José Manuel Etxaniz (que no necesita presentación), sus famosos “Boletines”, que gritan a los cuatro vientos lo que era un modelo de asociación, en contraposición a un “Ordine Nuovo”, que no nos gusta ni un pelo. Algo que sucesivamente iremos repitiendo con el producto del esfuerzo de los Amigos, que actualmente duerme el sueño de los justos en territorio ajeno.
Así pues, a partir de ahora, en la sección “Amigos” de nuestra página web, y recopilado por años (un pdf por año), el apartado del Amigo José Manuel Etxaniz incorporará en el año correspondiente su producción de Boletines de noticias, El Boletín de Etxaniz, tan querido y esperado por muchos hasta que el Nuevo Orden brillantemente lo desechó. Ahora podemos revivirlo, ya es historia.
Espero que os divirtáis.
Y para facilitar una primera visualización, incorporamos a continuación los enlaces directos:
Queridos amigos del blog:
Ignoro las movidas internas de la Asoc. de Hist. de la Veterinaria, pero suelo leer lo que se dice en este blog. Miguelito parece enfadado. Pues no te enfades MIguel y sigue con el blog dale que te pego que muchos te seguimos incondicionalmente. Hace tiempo que falto a los Congresos de HV, y buena pena me da pues me lo he pasado siempre en los mismos divinamente. Allí he conocido gente estupenda como el Dr. Etxaniz a quien tuvo el gusto de saludar alrededor de unos chatos en mi visita a San Sebastián.
Déjate de nostalgias y de historias. Parafraseando a los navarros “¡Miguelito siempre p’alante!”.
Un abrazo.
Amigo José María. Te agradezco tus palabras, como siempre, pero lo que a Miguelito le enfada es la falta de reacción frente a hechos que la Historia ya ha aclarado y nos ha enseñado a prevenir. O si no, recuerda lo que Pasteur ya decía: “Lo importante no es el germen, sino el lugar donde asienta el germen”. Por eso, porque conocemos el germen, su capacidad destructora, y cómo combatirlo podríamos neutralizarlo fácilmente. Pero el lugar donde asienta, rico en dulce estupidez, hace imposible desterrar este tipo de germenes, que solo se van tras arrasar el medio para implantarse en otros lugares, con la misma finalidad extractiva.
Nunca se acaba. Pero podríamos acabarlos, eso es lo que me enfada. Eso y no ser positivista.
Por lo demás, descuida, los de siempre seguimos estando juntos, y lo haremos mientras nos divierta. ya sabes donde estamos.
Otro abrazo.
Querido Miguel:
Nada que objetar a tus explicaciones, yo sigo en el limbo donde tampoco se está del todo mal. Sigo con mis cosas y haciendo desde hace unos meses un curso on line sobre “Diálogo: ciencia y fe” organizado por el arzobispado de Barcelona. Estoy estudiando y aprendiendo un montón de cosmología y demás. Nunca me había interesado el origen del universo y esas cosas pero disfruto de lo lindo aprendiendo. Con que te diga que me hago mis propios apuntes …
Un abrazo y a ver si este año que viene coincididos en los congresos de Calamocha (Historia de la Farmacia) y Valencia (Historia de la Medicina). Sería la bomba.
Un abrazo a todos “amigos veterinarios”.
José María