Leemos en la página de la Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria la siguiente noticia sobre el fallecimiento del profesor Diego Santiago Laguna, miembro de la Asociación y participante habitual en los congresos de Historia de la Veterinaria. Lamentamos su pérdida y recordaremos su compromiso con la historia de nuestra profesión.
EN RECUERDO DE DIEGO SANTIAGO LAGUNA.
A los amigos de la Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria tenemos que transmitirles la triste noticia del inesperado fallecimiento de nuestro querido compañero Diego Santiago Laguna.
Diego Santiago nació en Córdoba en 1941 en el para él muy querido barrio de San Lorenzo, donde vivió su niñez y su juventud. Allí también realizó, de forma brillantísima, sus estudios del bachillerato en el Colegio Salesiano, obteniendo el título de Bachiller con la calificación de Sobresaliente y Matrícula de Honor.
También su tránsito por la Facultad de Veterinaria de Córdoba estuvo plagado de las más altas notas, para obtener al final la Licenciatura con la calificación de Sobresaliente y Premio Extraordinario, y conseguir el Premio “Rector García Oviedo” de la Universidad de Sevilla (de la que entonces dependía la Facultad) al mejor expediente del distrito universitario. En la Facultad cordobesa obtuvo también el título de Doctor con Sobresaliente Cum Laudem.
Terminada la carrera, inmediatamente se incorporó a la docencia universitaria, pasando por los distintos niveles del profesorado: Ayudante de Clases Prácticas, Adjunto, Titular y Profesor Agregado. Esta última categoría la consiguió para la Facultad de León, donde prontamente obtuvo también el nombramiento de Catedrático.
A menudo recordaba con agrado su paso por León, en donde disfrutó de una estancia placentera, colaborando con la fundación de su universidad, en calidad de Vicerrector.
Sin embargo, cuando tuvo la oportunidad de trasladarse a Córdoba para ocupar la cátedra de su especialidad, Farmacología y Toxicología, se vino a la ciudad de la Mezquita porque la familia, los amigos y el ambiente de su niñez y juventud así se lo pedía.
Restaurada la Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria, pronto se incorporó a ella, formando parte de su Junta Directiva.
Como miembro de la Andaluza colaboró muy activamente. Asistió con regularidad a los Congresos Nacionales e Iberoamericanos de Historia de la Veterinaria en los que siempre presentó comunicaciones del más alto nivel científico, histórico y cultural. Integrante de los comités organizadores de los Congresos de Córdoba y Baeza, se implicó con gran entusiasmo y decisivamente en la organización.
Otros congresos, también de tipo histórico, igualmente disfrutaron de sus intervenciones, siempre atractivas por la calidad de sus contenidos y por su excelente oratoria, que no era nada más que el reflejo de su amplísima cultura.
Junto a Antonio Rodero publicó una obra que ha sido frecuentemente referenciada dentro de la comunidad universitaria de Córdoba: “La Facultad de Veterinaria y el origen de la Universidad de Córdoba”.
Sus últimos tiempos los dedicó a investigar, junto con A. Rodero, en el Archivo Histórico de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, fruto de lo cual es el libro que terminaron pocos días antes de su fallecimiento, y que nos deja como legado póstumo pendiente de su publicación y presentación.
La misa por su eterno descanso tendrá lugar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Córdoba el próximo martes 10 de abril a las 20.00.
Descanse en paz.
Tengo recuerdos muy agradables del Dr. Diego de Santiago. Hombre afable, vitalista, transmisor de ilusiones, excelente profesor, hombre de verbo fácil y agradable, un verdadero universitario. Los historiadores hemos perdido uno de sus grandes hombres, Hoy nos queda su obra.
¡Un fuerte abrazo Diego!
Dr. Caparrós