El caso es que hace muchos, muchos años, en una lejana galaxia, donde había una Facultad de Veterinaria, tradicionalmente los veterinarios habían enseñado todas sus asignaturas, hasta que comenzaron a desembarcar humanoides de otras disciplinas. Estos conquistadores, como hacen todas las tribus que buscan la rendición de los hospedadores, arrasaron, limpiaron e incorporaron el recinto donde hasta entonces estuvo la cátedra de Biología, regentada entonces por el Prof. Dr. Eugenio Tutor, pionero de la clínica de pequeños animales en España, afamado taxidermista que enriqueció sobremanera la dotación de la mencionada cátedra, y de quien tantas cosas aprendí.
Como resultado, la mayor parte del contenido material de Biología fue a la basura. Desde atávicos microscopios a piezas anatómicas, láminas, sillones, etc. Aquella muerte anunciada hizo que le pidiera a D. Eugenio un recuerdo del lugar donde, durante un año, fui alumno interno suyo, y me dijo que me llevase lo que deseara. Yo cogí la lámina de la rana.
Esa lámina estuvo expuesta en mi casa durante más de treinta años, bien conservada e incluso contemplada.
El año pasado visité el Museo de Ciencias Naturales que la U. de Zaragoza había creado en los sótanos de edificio Paraninfo, y me encantó. Tanto es así que, después de conocer las tareas de ordenación del patrimonio histórico que lleva a cabo esta universidad, pensé que la rana que D. Eugenio me dio debería volver al seno de donde salió. Y por ello en abril, cuando me instalé en esta ciudad, la devolví a la Universidad, donde siempre debería haber estado, junto con el material desechado.
Y como se puede apreciar, esa donación se ha tenido en cuenta en la reseña que acompaña la lámina.
En fin, un cuentecito para la siesta, con sustrato histórico.
Si alguien, una noche se hubiese llevado los budas de Bamiyan a su casa, quizás ahora podríamos contemplarlos. El debate entre apropiación y latrocinio siempre estará abierto….
Solo puedo dar la enhorabuena al Dr. Vives por tan excelente y acertada iniciativa. Hay tanto patrimonio (tangible e intangible) que merece la pena darlo a conocer y, además, difundirlo a los cuatro vientos.
Aprovecho la ocasión que me brinda el profesor Vives para informarles que las 39 láminas cromolitografías montadas sobre papel se encuentran excelentemente conservadas en un mueble planario en el Museo de Veterinaria Militar. Una de ellas (anatomía de un ave) fue reproducida a su tamaño natural y expuesta en la exposición temporal que organizó el Ilmo. Colegio Oficial de Veterinarios de Sevilla con motivo de la celebración de su centenario.
Saludos.
Dr. Caparrós
Se adivina un cierto toque de orgullo en la pose. En el Amigo Miguel Ángel, no en la rana. Y no es para menos. Enhorabuena por vuestra altruista labor.
Aun sabiendo que la rana va a estar estupendamente en su nuevo destino, no puedo negar que la echaré de menos. Han sido muchos años juntos y alguna que otra mudanza.