Se trata del artículo publicado por Rubén Amón este domingo pasado en El País Ideas (5/2/2017, pág 5), en el cual postula que el antiguo vehículo internacional de comunicación del mundo occidental, y declarado por los neocons como “lengua muerta”, que no lo es por cuanto se sigue utilizando, el latín, dada la traición del Brexit podría reemplazar satisfactoriamente a la lingua franca de nuestros días, el inglés internacional, con ventaja por parte de los mediterráneos. Propuesta a la que sin dudarlo ni un segundo me apunto.
A fin de cuentas, por más tiempo que le dediquemos el inglés no deja de ser una lengua hecha de respingos y construcciones lingüisticas imposibles, que pronuncian como quieren y que sirve para acusar de iletrado a quienes no lo tienen por lengua nativa.
Por todo ello, y porque la historia es circular, como defendían los griegos, es tiempo de volver a las costumbres que nunca debimos abandonar.
El inglés atenaza al latín (de momento)
Casualmente en El País de hoy aparece en página completa la misma noticia.
Y es que, sin duda, tiene una importancia que no es baladí.
A ver si hay suerte…..
Sería una extraordinaria decisión. No tendría sentido utilizar en un conjunto de países, la Unión Europea, una lengua vehicular, el inglés, cuando el país originario decide abandonar el grupo. Sería más lógico utilizar una de las lenguas del grupo o mejor aún la lengua madre de la mayor parte de las lenguas de la Unión, el latín.
Yo también me apuntaría al latín.
Saludos.
Miguel Angel
Estoy muy de acuerdo con los Dres. Vives y Aparicio.
Cuando los responsables de la EDUCACIÓN y de la ENSEÑANZA comprendan la riqueza del latín, enriquecido con unas gotas de griego, se darán cuenta de la importancia que tiene esta lengua por la que fluye silenciosamente la ciencia y la literatura.
Enseñar divirtiendo debe ser algo maravilloso, y no está al alcance de muchos profesionales de la enseñanza.
Por cierto, la EGB no era “Enseñanza General Básica” sino “EDUCACIÓN General Básica”
Recordemos: No todo docente, ya sea profesor o maestro, puede alimentarse del néctar cultural.
Dr. Caparrós