Alguien dijo una vez que “Arte es cualquier cosa que haga un artista”, y como consecuencia un artista “povera” (Piero Manzoni) defecó y guardó sus heces en latas que después vendió (no precisamente baratas: 124.000€) como “arte”. Es la famosa “Merda d´artista”.
Bien, pues Maurizio Cattelan ya ha utilizado en diferentes ocasiones a caballos disecados que ubica, colgados o empotrados, en determinadas exposiciones (performances, instalaciones, etc). Además de mi duda razonable de que eso sea “arte”, me molesta un tanto el impúdico uso que se les da. A fin de cuentas al “Negro de Bañolas”, también disecado, se le hizo finalmente un entierro digno en la tierra de sus antepasados bosquimanos. Evidentemente no es lo mismo, pero me parece indigna una utilización postmortem de esos animales para la finalidad única de que el artista sea alabado por su agudeza.
Vivir para ver….
Tomado de Hyperallergic
Apreciados amigos:
Conviene repasar con mayor detenimiento la obra de Maurizio Cattelan y sobre todo la de Daniel Druet, verdadero artista y escultor que trabajó para el primero. Cattelan plasmó su provocación utilizando la obra del Druet.
Me gustaría saber si el caballo y los animales en general tienen dignidad. Segun Marta Moreira, los animales son valiosos, pero derechos y dignidad sólo los tienen los humanos. Reconozco que el asunto despierta vivas emociones entre varios sectores enfrentados. Este asunto puede ser objeto de interesante debate.
Volviendo al objeto del principio ¿Es arte lo que hace Cattelan? Si no lo es da motivo para pensar, y si una obra nos hace meditar… y estremecernos está en la linde del Arte.
Lamento la provocación que pueda causar estas líneas.
Saludos.
Dr. Caparrós
Querido Amigo, Dr. Caparrós, para que no sean mis simples palabras (sin auctoritas) citaré tan solo a Lilianne Bodson (Attitudes toward animals in Greco-Roman Antiquity. 1983) para quien los griegos tenían la convicción de que los animales eran sujetos con el derecho moral de: 1/ ser bien tratados durante su vida y especialmente cuando la vejez o la enfermedad no les permitían ya ser útiles. 2/ser honrados por su valentía y entrega durante sus servicios, y 3/tener garantizado su derecho a morir en paz y que sus restos sean tratados con DIGNIDAD.
Como ves, no me lo he inventado yo, sino que es un sentimiento que pervive entre algunos humanos sensatos desde hace más de dos mil años.
Y dado que los derechos de los animales no son mas que una convención inmaterial, yo los respeto ya que me parecen adecuados.
Apreciado Dr. Vives:
Como no puede ser de otro modo comparto su posicionamiento, pero conviene aclarar que lo dicho se refiere a los animales vertebrados más elevados de la escala zoológica que prestan servicio al humano. De los monodáctilos a los pentadáctilos el asunto se complica con el estudio y desarrollo del tipo quiridio. Aunque se cuestiona la existencia del alma en los semovientes (véase el “Automatismo de los brutos” de Gómez Pereira, en su Antoniana Margarita) creo que la terminología de la “dignidad” conviene ajustarla a la realidad del respeto que merecen los seres no humanos que comparten la casa común. El hombre debe cuidar, proteger y respetar su entorno, pero de ahí a atribuirles a los animales que son depositarios de una cualidad como la “dignidad” media un tramo que debe ser medido en justa proporción.
Ya le adelanté que mi texto y posicionamiento provocaría una animada polémica por las connotaciones jurídicas, éticas, morales, filosóficas, económicas, religiosas, sociológicas y psicológicas, entre otras, que produce su estudio.
Aunque existen varias escuelas sobre el asunto, cabe preguntarse:
El animal (que nos da bienes y servicios) ¿Es depositario de dignidad? ¿Cuál es nuestro posicionamiento ante la experimentación con primates no humanos? y ante la experimentación animal; y ante las producciones animales…
Me podría indicar su posicionamiento ante las exposiciones artísticas itinerantes realizadas por el artista y médico científico Gunther von Hagens, que fue tan criticado por numerosos sectores, al exponer (¿con cierto arte?) la figura humana desnuda sometida a la técnica de la plastinación. ¿Fue arte lo que el Dr. von Hagens hizo con el humano? Si lo fue, por qué no lo iba a ser las exposiciones realizadas por Mattelan.; y si estas exposiciones repugnaron e hirieron la sensibilidad del humano (estando la dignidad de por medio) también las de Maurizio Mattelan pueden ser criticadas, pero colocada en el plano del arte.
Nuestro compañero el Dr. Gil Cano, y su equipo de colaboradores y artistas, utilizan la plastinación veterinaria para demostrar que la anatomía no está reñida con el arte. Bien es cierto que su objetivo exclusivo es el de la ciencia y el de von Hagens y Cattelan es provocar la discusión por militar sus ideas más en el campo del simbolismo social que en el de la semiótica de la ciencia.
Mi apreciado Dr. Vives celebro que mi texto le haya producido cierto picor en sus engramas.
Verá que la polémica ya está servida.
Con mis disculpas por discrepar, en parte, de sus ideas le mando un respetuoso saludo.
Dr. Caparrós
Respetado Dr. Caparrós.
Cúmpleme polemizar, dado que de la discusión sale la luz. Así pues dado que la dignidad es un complemento inmaterial, metafísico pues, se trata de un bien atribuible exclusivamente por el juzgador, por lo cual da lo mismo que se aplique a persona, animal o cosa. Hace falta recordar que a la mujer no siempre se le atribuyó la posesión de alma inmortal, sino que vino luego tras el correspondiente concilio (585 d.C., segundo sínodo). No hace tanto, en los años 50 del pasado siglo, ¿qué dignidad se asignaba a un negro de los estados sureños de los USA?, la misma que a algunos caballos caros….
Y ahora no olvidemos el posicionamiento de algunos hacia la consideración de los grandes simios como “personas no humanas”.
Mi ubicación ante los cadáveres plastinados llevados de feria en feria es clara: no se trata de la apariencia habitual que reconocemos en cadáveres, es otra cosa que bien se puede denominar como pieza artística. Un arte-facto. Un óvulo fecundado puede contener potencialmente a un ser humano, pero para mí no tiene dignidad, y de hecho no se la atribuyo. Sin embargo a esos caballos es posible que sus dueños o cuidadores los pudiesen reconocer, no así si estuviesen desollados, por ejemplo.
En fin insisto en mi idea de que la dignidad, como tantas otras cosas, no es más que una convención, cambiante e interpretable.
Un placer, mi estimado amigo.
Mi apreciado Dr. Vives:
Tras analizar el concepto de “dignidad” desde el lado del DRAE no tengo más remedio que recoger velas. Le doy la razón en este concreto caso, pero debe reconocer que el diccionario recoge varias acepciones, casi en su totalidad dirigidas al humano “con alma” (en otras razas se cuestionaba su existencia). Es cierto que entre todas ellas: la cualidad de digno; y el concepto de la excelencia y el realce, contrastan con todas las demás acepciones, entre las que cito:
Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse.
Cargo o empleo honorífico y de autoridad.
En las catedrales y colegiatas, prebenda que corresponde a un oficio honorífico y preeminente, como el deanato, el arcedianato, etc.
Persona que posee una dignidad (‖ prebenda).
Prebenda del arzobispo u obispo. Las rentas de la dignidad.
En las órdenes militares de caballería, cargo de maestre, trece, comendador mayor, clavero, etc.
Es cierto (y este es el punto débil de mi argumentación) que la cualidad de “digno” tiene también varias acepciones, entre las que cito las del diccionario de la RAE:
Merecedor de algo.
Correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien o algo.
Que tiene dignidad o se comporta con ella.
Propio de la persona digna.
Dicho de una cosa: Que puede aceptarse o usarse sin desdoro. Salario digno. Vivienda digna. Caballo excelente. Caballo de realce. El caballo realizó un trabajo muy digno, etc.
De calidad aceptable. Una novela muy digna.
Si le parece doy por zanjada la entretenida polémica, dándole la razón en este concreto caso.
Y ahora para los que nos siguen les traslado la pregunta: La dignidad ¿Es exclusiva del ser humano? supongo que la impertinente pregunta les hará meditar.
Reciba un afectuoso saludo.
Dr. Caparrós